domingo, 3 de mayo de 2009

AÑORANZA



Hurgando en unas cajas de cartón,
de envejecido color marrón,
en un rincón del closet, olvidadas,
sentí la nostalgia de épocas pasadas.

Entre cartas, postales, fotos y recortes,
me encontré con amigos y parientes.
Mi vista se volvió hacia la infancia,
que me envolvió con su dulce fragancia.

Vi sus jóvenes rostros, sus gestos, su sonrisa,
y con ellos solté de nuevo la risa,
recordando anécdotas graciosas,
que entonces nos parecieron azarozas.

Encontré mi viejo y querido diario,
sagrado para mí com un rosario,
fiel compañero de mi adolescencia,
mudo testigo de mi primera confidencia.

Junto a la ventana y a la luz de la luna,
leí de nuevo sus páginas una a una,
y mientras la noche me cubría con su manto,
apodesose de mi pecho el quebranto.

eviviendo emocionada los tiempos idos,
lloré amargamente por los sueños no cumplidos.
¡Cuán lejana la edad que hoy en mí palpita
y que cercana la he vivido esta tarde en esta cita!

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